«Me preocupaba más comunicar a la familia que tenía VIH que la propia infección»
13/01/2025
Iñaki Hernández ha decidido compartir su testimonio como persona que convive con el VIH, con el objetivo de dar visibilidad a la infección y contribuir a romper el estigma que aún la rodea. Testimonios como el suyo tienen un valor incalculable para la sociedad.
¿Cómo recuerdas el momento en el que te diagnosticaron el VIH?
Me diagnosticaron en una clínica de un punto gratuito en Barcelona, ya que en ese momento le hicieron una analítica a mi novia y dio positivo en VIH. Los dos entramos en pánico, aunque quizás ella un poco más porque tenía menos conocimiento sobre la infección que yo. De inmediato busqué apoyo médico para hacerme la prueba del VIH, y también salí positivo. Al principio fue duro; me surgieron muchas dudas. ¿Lo cuento o no lo cuento? Ella sufría, yo sufría. No sabíamos cuál podía ser el origen, y las conversaciones entre nosotros generaron tensión.
¿Cómo te ha cambiado la vida desde que recibiste el diagnóstico?
En cuanto a mi vida diaria, no ha cambiado tanto. Me levanto, desayuno y tomo una pastilla. Tengo que ir al hospital un poco más a menudo de lo que iría si no tuviera VIH. Lo que sí he hecho es cambiar mis hábitos de salud para mejorarlos: ahora voy al gimnasio, cuido mi dieta y he dejado de salir tanto.
¿Qué retos crees que todavía debe afrontar la ciencia en relación con el VIH?
Siempre he pensado que la ciencia debería tener una rama más comunicativa para llegar mejor a la gente. En relación con el VIH, creo que debería ofrecerse más información para que la sociedad sea más consciente de las implicaciones de convivir con esta infección, así como de los métodos de prevención y del tratamiento actual para mantener la enfermedad controlada. Pienso que esta infección sigue estando muy mal vista socialmente, y necesitaríamos que la ciencia ofreciera mensajes mucho más sencillos y actualizados para que la gente no se asuste al oír hablar de ello.
¿Cómo ha sido tu experiencia con la medicación antirretroviral?
Hasta el momento he hecho dos tratamientos diferentes; el que estoy siguiendo ahora implica tomar una pastilla al día, como si fuera diabético o tuviera artritis. Antes formé parte de un ensayo clínico durante el cual tomaba dos pastillas diferentes. Básicamente, mi experiencia se basa en asimilar la toma de pastillas como un hábito. Además, hoy en día hay muchas más posibilidades de tratamiento; por ejemplo, no es necesario que te tomes la pastilla siempre a la misma hora. Si algún día he salido con prisa y no lo he recordado, me la he tomado más tarde.
¿Qué grandes mitos crees que deberían romperse?
Se me ocurren muchos. Algunos de ellos: que el VIH es igual a sida, que el VIH es sinónimo de muerte, que el VIH significa no poder tener una familia, no poder llevar una vida normal, estar enfermo el resto de tu vida o no poder tener aspiraciones vitales. Todo eso es completamente falso. Sigues siendo una persona normal. Es cierto que hay momentos más difíciles al comunicar ciertas cosas, pero al final no hay nada que haya dejado de hacer en mi día a día.
¿Qué mensaje darías a alguien que acaba de ser diagnosticado con VIH?
Entiendo el miedo y la montaña rusa de emociones que pueda tener, pero lo primero es informarse bien, porque verás que no es tan dramático. Después, confía en que tu entorno te ofrecerá más apoyo del que imaginas. Las imágenes que tenemos del VIH de los años 80 y 90, cuando veíamos que la gente moría sin poder hacer nada, las tenemos tan interiorizadas que es normal que una persona diagnosticada de VIH sienta miedo. Pero tu entorno te quiere, te apoyará y será parte del equipo que te ayudará a salir adelante. No es tan dramático. Respira. Continúa.
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