En la Fundación Lucha contra las Infecciones tenemos un área de investigación especializada en infecciones bacterianas graves. El objetivo del grupo es llevar a cabo proyectos de investigación clínica para minimizar el impacto de las infecciones provocadas por bacterias resistentes como son: la legionelosis, la neumonía de adquisición en la comunidad y en los hospitales o la endocarditis infecciosa.
¿Qué son las infecciones bacterianas graves?
Las infecciones bacterianas graves son infecciones causadas por bacterias que pueden provocar daños significativos a los tejidos o a los órganos del cuerpo y que, si no se tratan adecuadamente, pueden acarrear complicaciones graves o incluso la muerte. Estas infecciones suelen requerir tratamiento urgente con antibióticos y, en algunos casos, hospitalización. Las infecciones bacterianas graves a menudo se manifiestan con síntomas intensos y generalizados, como fiebre alta, debilidad general, inflamación y dolor localizado.
Infecciones resistentes a los antibióticos
Algunas de estas infecciones bacterianas graves pueden ofrecer resistencia a los antibióticos, lo que complica considerablemente su tratamiento. Este fenómeno se conoce como resistencia bacteriana o resistencia antimicrobiana y se produce cuando las bacterias evolucionan para resistir los efectos de los medicamentos diseñados para matarlos o inhibir su crecimiento.
Las bacterias resistentes pueden sobrevivir, multiplicarse y seguir causando infección a pesar del uso de antibióticos que antes eran efectivos. Este problema es especialmente preocupante en infecciones graves porque puede conducir a fallos de tratamiento, hospitalizaciones más largas, mayor riesgo de complicaciones, y un aumento de la mortalidad.
De hecho, un estudio recientemente publicado en The Lancet, apunta a que más de 39 millones de personas podrían morir en todo el mundo desde ahora hasta el 2050 a causa de infecciones resistentes a los antibióticos, sobre todo personas mayores de 70 años.
El estudio hace especial mención a las infecciones respiratorias, y sobre todo a las neumonías. Este tipo de enfermedades infecciosas tal y como apunta nuestra jefa de sección de infecciones bacterianas graves Lluïsa Pedro-Botet, están aumentando de forma vertiginosa y, además, están perdiendo la estacionalidad, ya que si antes mayoritariamente las encontrábamos durante en la época invernal, este verano se han atendido a personas con virus de gripe. Asimismo, la doctora Pedro-Botet explica que otro de los factores que incrementa la resistencia a los antibióticos es el grave abuso que se está realizando de este tipo de tratamientos en animales. La razón es que, con el objetivo de incrementar la producción alimentaria, los antibióticos se utilizan demasiado en cultivos, piscifactorías y en el engorde de animales, como por ejemplo las aves de corral. Por ello, reclama que es necesario realizar programas de uso racional de los antibióticos no sólo en los humanos, sino también en animales. Y concreta que no estamos separados del reino animal, ya que lo que ellos comen nos llega a la tripa.
Síntomas de las infecciones bacterianas graves
Los síntomas pueden variar según la zona afectada, pero los más comunes son:
- Fiebre alta.
- Dolor intenso en la zona afectada.
- Fatiga extrema.
- Dificultad por respirar o alteraciones en la conciencia (en infecciones como la meningitis o neumonía).
- Erupciones cutáneas, inflamación o manchas rojas.
Causas de la resistencia a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos se produce por diversas razones, tal y como apuntaba la Dra. Pedro-Botet, pero vayámoslas a repasar:
- Uso excesivo o inadecuado de antibióticos: el uso inapropiado de los antibióticos, como la prescripción de antibióticos por infecciones virales (como los resfriados) o no completar el tratamiento prescrito, contribuye a la selección de bacterias resistentes.
- Uso de antibióticos en agricultura: los antibióticos se utilizan en animales destinados al consumo humano para prevenir enfermedades, lo que contribuye también al desarrollo de resistencia.
- Transmisión entre personas y entornos: las bacterias resistentes pueden transmitirse de una persona a otra o a través de objetos y superficies en hospitales, hogares y otros espacios comunitarios.
Prevención y tratamiento de las infecciones bacterianas resistentes
Para controlar y prevenir la resistencia a los antibióticos, es esencial:
- Utilizar antibióticos con prudencia: sólo tomar antibióticos cuando son necesarios y prescritos por un médico.
- Completar el tratamiento: incluso si los síntomas mejoran antes, es crucial seguir el tratamiento completo para evitar que las bacterias resistentes sobrevivan.
- Vacunación: las vacunas pueden prevenir algunas infecciones bacterianas que podrían requerir antibióticos, como la neumonía y la meningitis.
- Control de infecciones en los hospitales: mejorar las medidas de higiene y desinfección para evitar la propagación de bacterias resistentes. Para saber más leer la entrevista en la Dra. Nieves Sopena, investigadora en infecciones nosocomiales.
La resistencia a los antibióticos es uno de los mayores retos de la medicina moderna, ya que puede dificultar la lucha contra infecciones graves y potencialmente mortales.
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