1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el Sida
29/11/2024
Un estudi liderat per la Fundació Lluita contra les Infeccions i el CEEISCAT conclou que el cribratge anal de les persones amb VIH hauria de ser una prioritat en el cas que hagin patit anteriorment un afebliment sever del seu sistema immunitari. Aquesta troballa podria permetre l’estalvi de recursos al sistema públic de salut i evitar anuscòpies d’alta resolució en persones amb baix risc, minimitzant així els possibles efectes negatius en el seu benestar emocional en els programes de cribratge indefinit.
Un estudio liderado por la Fundación Lucha contra las Infecciones y el CEEISCAT concluye que el cribado anal de las personas con VIH debería ser una prioridad en caso de que hayan sufrido anteriormente un debilitamiento severo de su sistema inmunitario. Este hallazgo podría permitir el ahorro de recursos en el sistema público de salud y evitar anuscopias de alta resolución en personas con bajo riesgo, minimizando así los posibles efectos negativos en su bienestar emocional en los programas de cribado indefinido.
Recientemente la prestigiosa revista The Lancet HIV ha publicado un destacado artículo dando visibilidad al estudio que ha llevado a cabo el dr. Josep M. Llibre, investigador de la Fundación Lucha contra las Infecciones y médico del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, juntamente con la Dra. Raquel Martín-Iguacel, investigadora de Vigilancia Epidemiológica, Monitorización y Evaluación del VIH, las ITS y las Hepatitis Víricas – CEEISCAT. El artículo a su vez ha ido acompañado de un comentario editorial.
La investigación ofrece resultados clínicamente significativos basados en el estudio de la cohorte PISCIS, un grupo de estudio poblacional de gente con VIH de Cataluña y Baleares. Estos resultados subrayan la importancia de establecer prioridades en los programas de cribado de cáncer anal para las personas que viven con VIH. Este estudio retrospectivo se ha realizado en 16 centros hospitalarios de Cataluña y Baleares, incluyendo 14.238 personas con VIH que iniciaron su seguimiento antes de empezar el tratamiento antirretroviral y 107 pacientes diagnosticados con cáncer anal.
Cribado del cáncer anal en personas con VIH
Las personas con VIH tienen riesgo de desarrollar cáncer anal entre 40 y 100 veces superior al de la población general. El estudio ANCHOR demostró en su día que el tratamiento de lesiones precursoras, como las lesiones escamosas intraepiteliales de alto grado (HSIL), reduce significativamente el riesgo de progresión hacia el cáncer anal. Este hecho subraya la urgente necesidad de incentivar protocolos de cribado eficientes para diagnosticar y tratar estas lesiones en poblaciones con un riesgo elevado, como las personas con VIH. Sin embargo, estos programas son costosos y complejos y el riesgo de cáncer anal no es homogéneo entre todas las personas con VIH. Además, estos programas requieren técnicas especializadas y recursos humanos, y actualmente existe una escasez de anuscopistas certificados para llevar a cabo estos cribados en todos los centros y países.
Incluso en países desarrollados, muchos centros no han implementado programas de seguimiento adecuados, lo que evidencia la necesidad de priorizar estratégicamente a los pacientes en los esfuerzos de cribado. La International Anal Neoplasia Society recomienda realizar citologías anales y/o determinaciones genotípicas de cepas de alto riesgo del virus del papiloma humano cada 12-24 meses a toda la población con VIH de forma indefinida. Sin embargo, este seguimiento todavía no se ha podido implementar en la mayoría de los países.
Las personas con VIH que han tenido un sistema inmunitario debilitado en el pasado son las más vulnerables al cáncer anal
En el estudio de la cohorte PISCIS, se identificó una relación directa entre el mínimo histórico en el recuento de células CD4 y el riesgo de desarrollar posteriormente cáncer anal a lo largo de los años. El debilitamiento del sistema inmunitario, combinado con la replicación activa del VIH antes de empezar el tratamiento antirretroviral y la replicación del virus del papiloma humano, constituyen factores clave que pueden iniciar un proceso de carcinogénesis, que, con el tiempo, puede conducir al desarrollo de cáncer anal.
«Los datos que presentamos en este estudio son muy relevantes porque demuestran que debería priorizarse el cribado del cáncer anal en las personas con VIH que han tenido anteriormente un recuento histórico bajo de células CD4», afirma el Dr. Josep M. Llibre. «Esto evitaría un gasto innecesario de recursos al cribar a otras personas con VIH que en realidad no presentan un incremento de riesgo en comparación con la población general».
Por su parte, la Dra. Raquel Martín-Iguacel destaca: «Es la primera vez que se identifica que las personas con VIH con un recuento histórico de células CD4 superior a 350 células tienen riesgo de desarrollar cáncer anal similar al de la población general. Esto confirma que los programas de cribado de cáncer anal en personas con VIH pueden ser optimizados, identificando el riesgo de cada caso. Esta estrategia permitiría utilizar los recursos de forma más eficiente y garantizar que aquellos con alto riesgo reciban el adecuado seguimiento».
Es necesario dar prioridad al cribado de las personas con un sistema inmunitario deprimido
El estudio liderado por el dr. Llibre y la Dra. Martín-Iguacel sugiere que un umbral histórico de más de 350 células por μL podría ser un buen indicador para identificar a personas con riesgo de desarrollar cáncer anal similar al de la población general. Por tanto, probablemente no estaría justificado someterlas a programas de cribado prioritario con la misma intensidad que los requeridos para personas con un recuento histórico de células CD4 <200 células por μL. Esta conclusión es especialmente relevante, puesto que someterse a cribados anales anuales indefinidamente, incluyendo citologías anales y anuscopias de alta resolución cuando la citología es alterada, puede provocar efectos emocionales, sociales y conductuales adversos.
La edad como factor de riesgo
Otro factor crucial a tener en cuenta en el cribado de personas con VIH es su edad. El análisis de la cohorte PISCIS ha demostrado que no se han registrado casos de cáncer anal entre hombres que tienen sexo con varones menores de 30 años con un recuento histórico de células CD4 superior a 200 células por μL.
De hecho, en la cohorte PISCIS, las tasas de incidencia más altas de cáncer anal se han observado en individuos de 60 o más años. Las directrices consensuadas de la International Anal Neoplasia Society recomiendan iniciar el cribado a los 35 años para hombres que tienen sexo con hombres y mujeres transgénero con VIH, pero no especifican una edad límite para la continuación del cribado. Por tanto, los datos derivados del estudio PISCIS deberían ser considerados de manera significativa en la toma de decisiones sobre el cribado anal en pacientes, especialmente para adaptar los protocolos a las necesidades específicas según la edad y otros factores de riesgo.
En conclusión, estos hallazgos serán especialmente relevantes para identificar a personas con VIH que se realizan el seguimiento en unidades donde los programas de cribado de cáncer anal no están implementados, y que por tanto deberían ser derivadas a otros centros especializados. Además, para aquellos que han abandonado los programas de cribado por fatiga o cansancio, los médicos disponen ahora de pruebas sólidas para identificar los casos de mayor riesgo y reiniciar el seguimiento cuando sea necesario.
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