Una nueva herramienta permitiría reducir la evaluación geriátrica de los pacientes con VIH de una hora a diez minutos
29/07/2025
Un nuevo estudio liderado por la Fundación Lucha contra las Infecciones y publicado en la revista Viruses analiza las percepciones de trece profesionales sanitarios implicados en el estudio HOLA. Este tiene como objetivo evaluar la administración del tratamiento antirretroviral para el VIH fuera del hospital mediante cabotegravir y rilpivirina administrados con inyecciones intramusculares cada dos meses a personas con VIH, en comparación con aquellas que lo reciben en el hospital. Esto permitiría facilitar el acceso y mejorar la adherencia al tratamiento, especialmente en colectivos con dificultades para mantener el seguimiento médico habitual.
En este caso, esta nueva publicación pretende comprender mejor los retos logísticos, organizativos y humanos que conlleva este cambio de paradigma asistencial. Para ello, se han realizado entrevistas cualitativas a profesionales que han participado en el estudio HOLA de distintos perfiles (enfermería, farmacia, medicina y coordinación de estudios) con el fin de identificar barreras y facilitadores en la implementación del tratamiento de cabotegravir y rilpivirina cada dos meses en entornos extrahospitalarios.
Por un lado, los profesionales destacan la necesidad de adaptar los espacios físicos de los centros no hospitalarios, adquirir equipamiento específico y desarrollar circuitos que garanticen la correcta administración y conservación del medicamento. La cadena de frío y la seguridad en el transporte son claves para asegurar un tratamiento adecuado.
Por otro lado, la implementación del nuevo tratamiento requiere una reorganización del personal y formación específica en los centros, especialmente en aquellos con poca experiencia en VIH. También se pone de manifiesto la necesidad de redefinir roles y crear nuevas figuras de coordinación. “La formación debe incluir no solo la administración del fármaco, sino también conocimientos sobre el VIH”, explica el equipo investigador.
Los investigadores también destacan que son necesarios cambios en la gestión de citas y en los sistemas de información para garantizar la eficiencia y la adherencia al tratamiento. Por ello, se propone flexibilizar horarios y mejorar la comunicación con los pacientes, por ejemplo, mediante aplicaciones móviles. Esto se haría siempre teniendo en cuenta las ventanas de administración de la medicación y el seguimiento de los efectos adversos.
También es importante tener en cuenta la variedad de actitudes ante el cambio, desde el entusiasmo hasta la resistencia por miedo a lo desconocido. El liderazgo positivo, el enfoque participativo y el apoyo institucional son fundamentales para una implementación exitosa de este tratamiento.
Asimismo, los profesionales perciben que el tratamiento inyectable puede mejorar la calidad de vida de los pacientes, especialmente por la reducción de desplazamientos. No obstante, también identifican preocupaciones sobre la confidencialidad en entornos pequeños y la necesidad de adaptarse progresivamente al nuevo modelo.
En definitiva, este estudio pone de manifiesto que la innovación terapéutica no solo depende de la eficacia clínica, sino también de la capacidad del sistema para adaptarse a las nuevas realidades. Desde la Fundación seguimos trabajando para garantizar una implementación del tratamiento segura, eficiente y centrada en las personas.
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